La comprensión lectora es una competencia fundamental para los estudiantes, se aprende a leer desde temprana edad en la escuela y se consolida a lo largo de la escolaridad. Para ello, se requiere que los estudiantes aprendan y usen estrategias lectoras que los ayuden a comprender y construir el significado de diversos textos, tanto académicos como recreativos. No solo se lee para el contexto escolar. sino también para la vida cotidiana. Por ejemplo, cuando el niño busca información en internet para hacer una tarea o cuando lee las instrucciones de armado de un juguete nuevo.

Sin embargo, esta competencia tan importante y necesaria para los escolares no estaría lográndose. Un informe del Banco Mundial (2021) señala que en América Latina y el Caribe más del 60% de “niños de 10 años son incapaces de leer y comprender un relato simple”, llamando a esta situación pobreza de aprendizaje. Es aún más alarmante que en pleno siglo XXI, donde la cuarta revolución industrial ha cambiado el uso de la tecnología digital, física y biológica (BBC, 2016), los estudiantes no logren comprender lo que leen.

En nuestro país, según la última Evaluación Censal de Estudiantes del año 2019, solo el 37,6% de estudiantes de segundo grado de primaria obtuvieron logro satisfactorio en lectura, el 34,5% en cuarto grado de primaria y el 14,5% en segundo grado de secundaria. Respecto a la prueba internacional PISA del año 2018, el Perú ocupó el puesto 64 de 77 países evaluados (OCDE). Actualmente, la falta de comprensión lectora debe haberse incrementado por la Covid-19, que nos hizo pasar de una educación presencial a una virtual, sumado a ello la falta de conectividad, acceso a medios tecnológicos o electricidad de muchos escolares peruanos en diversas zonas del país. No en vano el Minedu ha declarado en emergencia el Sistema Educativo Peruano a nivel nacional hasta el primer semestre del año 2022.

Es necesario revertir esta situación y generar una educación de calidad, donde niños y adolescentes peruanos puedan comprender lo que leen, usen estrategias lectoras, tengan acceso libre a textos físicos y virtuales, participen de programas destinados a mejorar el aprendizaje y la consolidación de la lectura entre otras experiencias organizadas por el Estado, la empresa y la sociedad civil en general. Finalmente, ¿cómo estamos contribuyendo a este propósito desde el rol o lugar donde nos encontramos?.

Fuentes de investigación

Escrito por:

Marcela Emperatriz Beriche Lezama

Docente de la Escuela Profesional de Educación de USIL. Candidata a doctora en Educación (UNIFÉ), magíster en Educación en la especialidad de Didáctica de la Lectura y Escritura (UPCH). Estudios concluidos de Maestría en Tecnología Educativa (UNIFÉ).