Hoy, primer lunes de octubre, se celebra el Día Mundial de la Arquitectura, tal cual fue establecido por la Unión Internacional de Arquitectos (UIA), desde 1996, con el objetivo de vincular al gremio de arquitectos con el desarrollo sostenible establecido por ONU -Hábitat, en 1985.
En esta fecha es importante refrescar la relevancia de la profesión respecto al desarrollo sostenible. Los arquitectos somos los responsables de la planificación, el diseño y la gestión del hábitat humano en la escala territorial, urbana y arquitectónica. Ello nos convierte también en los principales responsables de temas críticos ligados al desarrollo sostenible, como el uso del suelo, la productividad del territorio, el crecimiento y el desarrollo de las ciudades, así como la infraestructura vinculada a todas las actividades humanas (vivienda, educación, salud, recreación, comercio, servicios, industria, agricultura, etc.). En concreto, tenemos en nuestras manos la posibilidad impulsar el desarrollo humano a través del correcto manejo de nuestro hábitat.
La primera asamblea de ONU - Hábitat fue celebrada en 2019, habiendo identificado algunas de las siguientes tendencias:
- Dentro de 30 años, 2/3 de la población mundial vivirá en ciudades.
- El 90 % del crecimiento urbano se dará en las regiones menos desarrolladas y a gran velocidad.
- En los últimos 20 años, más del 75 % de las ciudades del mundo han crecido con más desigualdades.
- En los países en desarrollo, los barrios marginales y los asentamientos informales, que actualmente alojan a cerca de 1 000 millones de personas, son la manifestación física de la pobreza urbana y la desigualdad.
- En 2015, unos 2 300 millones de personas de todo el mundo seguían careciendo de acceso a servicios básicos de saneamiento, mientras que 2 100 millones carecían de acceso al agua potable.
- Además, hoy en día, 1 600 millones de personas en todo el mundo viven en viviendas inadecuadas.
De acuerdo con la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco), el 70 % de la vivienda en la ciudad de Lima es informal. Este indicador se puede elevar al 80 %, o incluso 90 %, si se analiza a nivel país en la periferia de las principales ciudades. La vivienda informal surge a través de la autoconstrucción, que a su vez es una consecuencia del tráfico de tierras, el cual dirige el crecimiento de nuestras ciudades con una baja calidad de vida debido a una alta exposición a riesgos y a un bajo o nulo acceso a servicios e infraestructura.
Estos indicadores pueden parecer, en primera instancia, alarmantes y quizás hasta desoladores; sin embargo, ponen sobre la mesa de los arquitectos la agenda urgente de intervenir e integrar el trabajo en la escala territorial, urbana y arquitectónica para impulsar el desarrollo humano.
Este desarrollo solamente se puede lograr a través de territorios productivos, ciudades planificadas, resilientes, una distribución equitativa y con el mejoramiento permanente de la vivienda, la infraestructura y los servicios en general. Es una tarea titánica, pero en el caso del Perú se tienen las condiciones básicas para llevarlo a cabo. No se debe perder de vista la riqueza de oportunidades que ofrece nuestro territorio y que contamos con un ADN milenario que procede de civilizaciones que manejaron el territorio, las ciudades y la arquitectura con gran eficiencia y maestría. Los arquitectos tenemos, entonces, el gran reto de impulsar el desarrollo humano integrando el territorio, las ciudades y la arquitectura.
Sobre Arquitectura
La carrera de Arquitectura, Urbanismo y Territorio de la USIL forma líderes que impacten en la vida de las personas a través de proyectos innovadores que integren el manejo del espacio arquitectónico, urbano y local para impulsar el desarrollo del país. Entérate de más, aquí.