La mayoría de las niñas y los niños pertenecientes a las 48 culturas de nuestro país han vivenciado una educación a distancia durante la pandemia. Sin embargo, esta experiencia de educarse a través del programa de Aprendo en Casa, de estar tiempo en la familia y con la comunidad, ha mostrado potencialidades desde las diferentes culturas. Nos ha planteado retos para mejorar las intervenciones educativas en base a escuchar a los niños y las niñas y al despliegue de la creatividad y reflexión de los docentes.  

Hay dos aspectos de los que se puede sacar mayor provecho de esta vivencia: uno es referido al programa educativo Aprendo en Casa, que puede armonizarse más con las culturas de los niños para trabajar así desempeños interculturales utilizando las plataformas virtuales. Los niños y las niñas que son de culturas originarias tienen mucho que compartir con aquellos menores que viven en las ciudades: el legado de sus ancestros, las prácticas y las sabidurías del buen vivir “allin kawsay”. Los niños que viven en la ciudad tienen también mucho que compartir, como el uso de tecnologías, las películas, las prácticas en la ciudad, haciendo que se respeten y se quieran como son. Como dice el Papa, "El mundo los necesita a ustedes, jóvenes de los pueblos originarios, y los necesita tal y como son” (2018).  

Y el otro aspecto puesto en evidencia desde la percepción de los niños es el extrañar la relación emocional afectiva; así en entrevistas realizadas en Cusco frente a la pregunta ¿qué extrañas de tu I.E.?, nos mencionaron “estar junto a mis compañeros(as), jugar, compartir y a mi profesor(a)”. Estas expresiones hacen relucir la demanda de expresión de cariño, de afectividad en su educación, el espacio de socialización que esta brinda a los niños y los adolescentes. 

Retos y desafíos 

Esta es una oportunidad para que nosotros, los docentes, fortalezcamos nuestra relación afectiva socioemocional con nuestros niños y niñas. Tal vez la hayamos dejado de lado porque hemos estado lidiando con evidencias, manejo de plataformas virtuales, web, que, sin duda han, sido necesarios. No obstante, ello no debiera restar dedicación e interés a la relación socio afectiva con nuestros estudiantes, ya que la educación es eminentemente emotiva: la complejidad del aprendizaje se moviliza con las emociones. Se aprende mucho más cuando media una buena relación afectiva entre los niños-niñas con su profesor(a). 

Darles seguridad para que, en libertad, puedan decir lo que piensan y sienten. Darse tiempo para escuchar sus dudas, preguntas, sus conflictos.  Tratar de que la pandemia no les deje con heridas o cicatrices en su aspecto emocional y afectivo, suplir a la distancia a través del medio virtual. 

Contar con una propuesta de educación a distancia, con una estructura o matriz de aprendizajes graduados alrededor de situaciones significativas, actividades, problemáticas, retadoras desde las culturas y, al mismo tiempo, que faciliten las interacciones interculturales.  

¡Feliz Día Mundial de la Infancia! Las niñas y los niños tienen que ser, como dice el Principito, “las estrellitas que iluminan en la noche". K’anchachun wawakuna (que brillen los niñ@s). 

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Fuentes de investigación 

  • Antoine de Saint-Exupery El Principito:   
https://www.youtube.com/watch?v=y1SrkNXCrbo

Escrito por:

Clotilde Natividad Amable Pinares
Docente de la Facultad de Educación de la USIL