No cabe duda de que a los peruanos nos llena de orgullo nuestra exquisita y variada gastronomía. Y parte de esa gastronomía es el pisco, el cual es la denominación de origen más importante que tenemos en el Perú, por toda la historia y tradición que hay detrás. Más de cuatrocientos años dedicados a su elaboración.
Las regiones pisqueras son: Lima, Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna; y las uvas pisqueras son ocho: quebranta, mollar, negra criolla, uvina, albilla, italia, torontel y moscatel. Y lo que hace al pisco tan especial y versátil, es que cada una de las uvas da piscos con aromas y sabores diferentes.
Además, como el pisco es nuestro destilado de bandera, cada cuarto domingo de julio, desde el año 1999, se celebra el “Día nacional del pisco” y el primer sábado del mes de febrero se celebra el “Día del pisco sour”; de acuerdo a la Resolución Ministerial 161-2004-PRODUCE. Asimismo, como una manera de proteger su identidad, el Instituto Nacional de Cultura declaró al pisco sour “Patrimonio Cultural de la Nación”.
Este exquisito destilado se puede disfrutar de diferentes maneras. Por ejemplo, se pueden crear y preparar infinidad de cocteles. Asimismo, se puede –y se debe– disfrutar puro, y es preferible tomarlo a besitos, gota a gota. Pero también es perfecto para acompañar postres y chocolates; o para preparar macerados.
Del mismo modo, como hay más de quinientos productores, hay una gran cantidad de viñedos y bodegas pisqueras en las cinco regiones; entre las cuales hay bodegas artesanales o tecno-artesanales y también algunas industriales. Pero si hay algo que destacar de manera muy especial es que, cuando se las visita o se acude a sus viñedos, son precisamente los productores quienes reciben a los visitantes, personalmente, y eso tiene un valor único.
También, se pueden realizar recorridos en las cinco regiones muy interesantes y variados; es decir, se puede hacer enoturismo pisquero. Hay bodegas modernas, pero también otras muy antiguas que dan cuenta de que la historia del pisco se vive en el Perú. Además, es una magnifica manera de conocer y deleitarse con la gran cantidad de marcas que existen fuera del circuito comercial masivo.
A quien decida armar una ruta, sugiero elegir bodegas que le permitan vivir una experiencia completa: incluir viñedos, bodegas artesanales, tecnoartesanales o medianas e industriales, a fin de conocer el proceso de elaboración completo. Por supuesto, en cada una deberá probar sus piscos y sentir las diferencias entre uvas y bodegas, pues cada productor imprime el sello de su personalidad en cada botella. No hay dos piscos iguales.
Fuentes de investigación:
- Libros: “La magia del pisco” de Lucero Villagarcía y “El pisco en su terruño” de Lucero Villagarcia