Cuando un emprendedor decide poner en marcha su propio negocio se le vienen a la menten muchas dudas e interrogantes, pues no es fácil tomar una decisión que enmarcará su vida en los siguientes meses -¿y por qué no años?-, donde se necesitará el apoyo de las personas que lo rodean, ya que los resultados positivos se verán aún más adelante.
Para iniciar un negocio, se debe proceder paso a paso. Esto nos permite configurar nuestro proyecto correctamente siguiendo un enfoque lógico. Los principales pasos para la creación de una empresa son: validación de la idea, el plan de negocio, las opciones de creación, la ubicación, la financiación, los procedimientos de creación y el inicio de la actividad.
Existen muchos consejos o detalles que uno debe tener en cuenta a la hora de emprender su propio negocio, pero los vamos a resumir en cinco:
- Estudia el mercado.
Realizar una investigación de mercado para garantizar la toma de decisiones y entender mejor el panorama comercial al que se enfrentan al momento de realizar sus operaciones. - Detecta las necesidades de tus clientes.
Utilizar técnicas para identificar los problemas que nuestro segmento de clientes desea solucionar o necesidades insatisfechas para crear un producto o servicio que se ajuste a lo que requieren nuestro segmento. Tener en cuenta que debemos validar con ellos nuestro producto o servicio para realizar los ajustes respectivos. - Tener capacidad tecnológica para producir con éxito los productos o servicios que vamos a ofrecer. Implica conocimientos y habilidades para adquirir, usar, absorber, adaptar, mejorar y generar nuevas tecnologías con el propósito de innovar.
- Conocimiento para saber cómo vamos a implementar nuestro negocio. Se refiere al conjunto de experiencias, sensaciones y reflexiones que conllevan al razonamiento y el aprendizaje. Asimismo, el conocimiento conlleva a un proceso cognitivo que se desarrolla a medida que obtenemos mayor información para tomar mejores decisiones.
- Capacidad social para liderar nuestro equipo de trabajo. Es tener un comportamiento a una situación social de manera efectiva, es decir, aceptable para el propio sujeto y para el contexto social en el que este se encuentre.
Iniciar un negocio es una aventura apasionante. Trabajarás y aprenderás mucho; conocerás personas que probablemente nunca hubieras conocido en otras circunstancias; imaginarás conceptos, productos, servicios… Te familiarizarás con los términos “investigación de mercado”, “Modelo de negocio”, “plan de negocio”, “prospectivas”, etc (Chauvin, Grossetti, & Zalio, 2014).
Sobre todo, encontrarás nuevos desafíos casi todos los días. Tendrás que encontrar soluciones y convertir cada problema que se presente en una oportunidad. Tendrás que cuestionarte a menudo, valorar tus cualidades, tus carencias y la posibilidad de formarte. Tendrás que medir sus fortalezas y debilidades, recurrir a socios y financiadores para convencerlos de la validez de su proyecto.
Con todo esto, uno puede imaginar que la creación de un negocio es una alquimia bastante compleja entre el líder del proyecto, el entorno, el mercado, la elección de la idea y el momento de implementación (Capobianco & Liautaud, 2014). El éxito o el fracaso se basa en poco: una buena idea aquí podría resultar catastrófica en otros lugares en los que se desarrollaría de manera diferente dependiendo de muchas variables.
Si no existe una fórmula mágica, aún es posible determinar los requisitos previos para un posible éxito y poner tantas oportunidades como sea posible de su lado.
Fuentes de Investigación
- Chauvin, P.-M., Grossetti, M., & Zalio, P.-P. (2014). Dictionnaire sociologique de l’entrepreneuriat. París, Francia: Presses de Sciences Po.
- Capobianco, M., & Liautaud, M. (2014). Entreprendre au Féminin Mode d'emploi. París, Francia: Groupe Eyrolles.