Los españoles fueron los primeros “agentes de carga” que los incas tuvieron para “exportar” las papas nativas al viejo continente. Gracias a este hecho, en todos los países del mundo pueden degustar de este alimento nutricional. Entonces, ¿Por qué no continuar con esta oportunidad de negocio inca?
En el 2014 el Perú importó 24 millones toneladas de papas congeladas, mientras en ese mismo año, en la campaña nacional 2013/2014, se tuvo una producción anual de 4.670.000 toneladas. Ello fue en promedio el 19% de la superficie agrícola del Perú y se exportó de esa cosecha, 738 toneladas, siendo Bolivia nuestro mayor mercado. Se observa entonces una notable demanda nacional no atendida de casi 20 millones de toneladas de papas.
Teniendo en cuenta estas variables y la capacidad de producción de este grandioso tubérculo en todo el territorio, ¿por qué no emprender un negocio? Emprender uno relacionado a las papas nativas, no solo es crear un producto innovador y muy apreciado por los mercados internacionales, sino también es crear puestos de trabajo en comunidades donde el estado no llega.
¿Qué podemos hacer? La papa nativa tiene por cada 100 gr, 2% de proteína, antioxidante, fibra, vitamina C, potasio (especialmente en la cáscara) y cantidades moderadas de fósforo, cloro, azufre, magnesio y hierro. En tanto ¿por qué no desarrollar una papilla de papa amarilla envasada para recién nacidos? ¿Un puré nativo industrializado que pueda llevarse a todas las comunidades alejadas? ¿Una papa lista para freír congelada o natural de color rojo o morado?. El producto existe desde hace muchos años, el emprendimiento responsable es lo que falta.