Perú ha sido el centro del virreinato de América del Sur. En ese escenario, y a lo largo de muchos años, se ha desarrollado una repostería basada en la fusión de sabores, texturas, ingredientes y técnicas de diversa procedencia, propia y extranjera. Se han plasmado recetas de postres considerados eternos, que han sido guardadas por incondicionales seguidores del sabor de la identidad peruana. Hoy, en el Bicentenario de la Independencia, surge la esencia de estos mismos postres, pero bajo la mirada y el trabajo novedoso de experimentados chefs peruanos, quienes trabajan para darle otra mirada a los sabores de antaño poniéndolos en vitrina para la conquista del mundo.
En el mundo se ha generado una corriente centrada en el empeño por recrear lo ya creado, pero manteniendo sus raíces; es en esa línea que una nueva generación de chefs viene trabajando con una de autenticidad en las recetas, sabores y texturas, después de muchas pruebas, entregan una nueva versión de postres basados en un recetario tradicional, donde se aplican técnicas más sofisticadas del mundo de la repostería que permiten conquistar nuevos paladares más allá de los nacionales.
Nos hallamos, entonces, frente a un concepto innovador en la gastronomía: “La Reinvención”, que significa el placer de rescatar la tradición de lo nuestro, pero a partir de allí presentarlo en vanguardia rompiendo paradigmas, siempre con respeto a su esencia. Un estilo que tiene al arte y a la modernidad como piezas claves. Se ha logrado que la creatividad y la estética se unan para convertirse en mucho más que alimentos donde el acto básico de comer se transforma en exploración sensorial, en la satisfacción del buen gusto.
La pastelería peruana se ha convertido en algo habitual en los hogares peruanos. Pero en esa modernidad los postres de nuestra tradición dulce incorporan nuevas influencias y combinaciones, de tal manera que la fórmula tradicional y la gourmet se entremezclen, ofreciendo una experiencia sensorial de gran calidad que va mucho más allá del simple acto de comer.
Retomando la pregunta de que si los postres peruanos pueden conquistar el mundo, la afirmación positiva cae por su propio peso dado que no solo comemos para alimentarnos, sino también para sorprendernos engreírnos, complacernos y lograr un bienestar, y el mundo de la pastelería peruana reúne todos los requisitos para conquistar los paladares más exigentes en todos los contextos.