La empleabilidad es la capacidad de una persona para obtener o retener un empleo formal, encontrar uno o generarlo, de ser necesario (Hogan, R. 2019). Existen razones de orden económico en el mercado que pueden atribuir a generar opciones de empleo, pero también debemos considerar los factores sociales y psicológicos.
Se percibe que la “nueva normalidad” en el empleo obliga a las empresas a reinventar sus métodos de trabajo, siendo el camino virtual una opción bastante prometedora para mantenerse a flote o transformar digitalmente sus procesos, y así, lograr conectividad con la demanda que también ha cambiado su forma de consumir.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Informática y Estadística (INEI 2020), la Encuesta Permanente de Empleo del trimestre mayo, junio y julio, publicó el 15 de agosto que, en Lima Metropolitana, nos encontramos con 51 % de desempleo por la población económicamente activa desocupada. Este dato nos ayuda a entender que en el mercado laboral se tiene mayor demanda de empleo y, por la crisis actual, un número limitado de opciones laborales; es decir, más personas y menos plazas.
Por ello, los profesionales de hoy debemos entender que la competencia laboral se centra no solo en las habilidades duras, o bien llamadas competencias básicas y técnicas que son propias de la profesión y experiencia; sino también en las habilidades blandas, que son competencias trasversales que nos ayudan a competir en niveles de interacción social (Bamgang, S. 2019).
Podemos tomar diferentes categorías. Sin embargo, por el mismo grado del desarrollo de estas habilidades en el tiempo, son genéricas y dependen del caso, todos los profesionales tenemos enfoques diferentes (Kuzminov 2019). La situación actual por la cual todos somos partícipes, demanda que los profesionales se centren en considerar aquellas habilidades blandas que, en efecto, nos ayudan a diferenciarnos, pero que, como toda maestría, requieren de práctica constante. De estas, se considera que las principales deben de ser:
- Habilidades de comunicación.
- Habilidades interpersonales.
- Adaptabilidad.
- Liderazgo.
- Habilidades de investigación.
- Trabajo en equipo y habilidades de colaboración.
- Habilidades de comportamiento.
- Actitud positiva.
- Empatía.
- Responsabilidad.
- Pasión.
- Observación crítica.
- Resolución de conflictos.
- Asertividad.
- Ética laboral sólida.
- Inteligencia emocional.
Si bien todas merecen mayor detalle, identificarlas nos permite conocer que son posibles de desarrollar y que, al momento de darnos a conocer a través de los logros y experiencias, estas habilidades blandas se deben de mostrar, lo cual ayuda a permitirnos ser más empleables.
Fuentes de investigación:
- Bamgan, S. Sulistiani (2019). Employability Skills of Vocational graduates: Implementation of Curriculum IQF Level 2. Advances in Social Science, Education and Human Research, Vol. 387. ICEI 2019.
- Hogan, Robert; Chamorro Premuzic, Tomas (2013). Employability and Career Success: Bridging the Gap between theory and reality. Society of Industrial and Organizational Psychology 1754-9426/13, Journal 6, Pages 3–16.
- Instituto Nacional de Estadística e Informática (2020). Situación del mercado laboral en Lima Metropolitana: Encuesta Permanente de Empleo – EPE. Estadística de mayo – junio – julio. Extraído de: http://m.inei.gob.pe/biblioteca-virtual/boletines/informe-de-empleo/1/#lista
- Kulkarni, Shavari (2019). Gap analysis of Soft skills in the curriculum of Higher Education (A case study of Management Institutes in Karnataka). Advances In Management Journal Vol. 12 (1) March (2019)
- Kuzminov Ya., Sorokin P., Froumin I. (2019). Generic and Specific Skills as Components of Human Capital: New Challenges for Education Theory and Practice. Foresight and STI Governance, vol. 13, no 2, pp. 19–41. DOI: 10.17323/2500-2597.2019.2.19.41.
