Cuando en las sesiones del Consejo Consultivo de la carrera de Administración de USIL consultamos a destacados empresarios y profesionales por la clase de empleados que están demandando las empresas públicas y privadas del país y del mundo, surgen varias respuestas, aunque hay una en común que sobresale: “Requerimos personas que solucionen problemas, que utilicen su sentido crítico e iniciativa, trabajen en equipo, practiquen una comunicación efectiva, motiven y lideren grupos exitosos”.

Goleman (2001) fue precoz en definir gran parte de las características antes mencionadas como “inteligencia emocional”, que significa contar con la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones.

En relación con ello, la prestigiosa Fundación Carnegie realizó un estudio que arrojó como resultado que solo el 15 % del éxito laboral proviene del conocimiento y de las destrezas técnicas, mientras que el 85% se debe a la correcta gestión emocional y social. Es decir, a las llamadas habilidades blandas (referido en Flores-Carretero, 2020).

El resultado del estudio de la Fundación Carnegie nos debe empujar al cambio, a enfocarnos en las transformaciones e innovaciones que se van produciendo en nuestra sociedad (muchas veces inesperadas como, por ejemplo, la actual coyuntura de cuarentena a causa de la COVID-19). Esos grandes cambios se manifiestan en las instituciones modernas: en el trabajo, la familia, la pareja, el género, el Estado y ello, por supuesto, impacta en la forma de vivir y pensar de la ciudadanía (Marrero et al, 2018).

Somos conscientes que las habilidades blandas se deben promover en las instituciones educativas desde la enseñanza primaria y secundaria, pero, sobre todo, en las universidades, en donde la gran mayoría de alumnos alcanzan su madurez emocional y cognitiva. Estos aprendizajes, luego, se verán reflejados en las empresas que los alumnos a futuro formen o manejen.

Por ello, en la carrera de Administración de USIL nos interesa desarrollar un modelo de manera transversal y holística, que incluya las principales habilidades blandas que han sido identificadas por LinkedIn, DBM e Ipsos: comunicación, trabajo en equipo, pensamiento crítico y habilidades interpersonales.

Al revisar un reciente reporte denominado “2020 Workplace Learning Trends Report: The Skills of the Future”, la plataforma educativa Udemy señaló que las habilidades blandas con mayor crecimiento para 2020 son: mentalidad de crecimiento, creatividad, dominio de enfoque, innovación, habilidades de comunicación, narración (storytelling), conciencia cultural, pensamiento crítico, liderazgo e inteligencia emocional (Rodríguez, 2020).

"Las habilidades antes mencionadas buscan la resolución colaborativa de problemas en la fuerza laboral y en la comunidad porque muchos de los problemas que se enfrentan en el mundo moderno requieren que los equipos integren los logros del grupo con el conocimiento idiosincrásico de los miembros del equipo" (Portafolio, 2019).

Por lo antes mencionado, usted, estimado lector, debe evaluar, analizar y decidir si su proceso de enseñanza y desarrollo debe incluir habilidades blandas para que conecten en proporción directa con el progreso cultural y social de su comunidad, país y continente.

Los malos hábitos y las prácticas tóxicas que predominan en la mayor parte de la sociedad latinoamericana en el presente pueden ser disminuidos con la aplicación de este componente (soft skills) en nuestros hogares, compañías, sistemas educativos y de Gobierno (Roux, 2019). Y usted, ¿qué piensa luego de leer este artículo? ¿Considera que es importante desarrollar sus habilidades blandas?

Fuentes de investigación
https://search.proquest.com/docview/2290618178?accountid=43847
https://search.proquest.com/docview/2157810191?accountid=43847
https://search.proquest.com/docview/2371653898?accountid=43847
https://search.proquest.com/docview/2229617293?accountid=43847
https://search.proquest.com/docview/2286315524?accountid=43847
https://search.proquest.com/docview/1964868369?accountid=43847

Flores-Carretero, E. (2019, sep. 15). Empleados con habilidades blandas, empresas más competitivas: las personas que saben trabajar en equipo hacen la diferencia. El Diario La Prensa. Retrieved from:
https://search.proquest.com/docview/2290618178?accountid=43847

Goleman, D. (2011), Leadership: the power of emotional intelligence, Estados Unidos de América, AMA.

Habilidades duras y blandas. (2018, dic. 18). Reforma Retrieved from: https://search.proquest.com/docview/2157810191?accountid=43847

Mirta Rodríguez, P. (2020, mar. 04). Las habilidades blandas más buscadas para este 2020. El Siglo. Retrieved from: https://search.proquest.com/docview/2371653898?accountid=43847

Odalys Marrero Sánchez, Rachida, M. A., & Triadú, J. X. (2018). Habilidades blandas, necesarias para la formación integral del estudiante Universitario, Soft Skills: Necessary for the integral training of the Universrity Student. Revista Científica ECOCIENCIA, 2018. Retrieved from: https://search.proquest.com/docview/2229617293?accountid=43847

Roux, R. (2019, sep. 06). ‘Soft skills' (‘Habilidades blandas'). CE Noticias Financieras. Retrieved from: https://search.proquest.com/docview/2286315524?accountid=43847

"Se debería capacitar a las personas en habilidades blandas". (2017, oct. 27). El País. Retrieved from:
https://search.proquest.com/docview/1964868369?accountid=43847

Escrito por:

Jorge Luis Javier Vidalón
Coordinador académico de la carrera de Administración de USIL Coordinador académico de la carrea de Administración de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad San Ignacio de Loyola.