La magíster y docente de la carrera de Nutrición y Dietética de USIL, Gabriela León Cerrón, nos explica por qué debemos adoptar medidas para prevenir esta enfermedad.
El 4 de marzo de cada año se conmemora el Día Mundial contra la Obesidad en diferentes países, con el fin de concientizar sobre esta enfermedad. Aunque algunos la consideren solo cuestión de peso o imagen, la obesidad es una enfermedad que trae consigo daños para la salud. Incluso, muchas veces se ha relacionado que una persona se vea “gordita” con que pueda estar sana y fuerte, pero esto está alejado de la realidad.
¿Qué es la obesidad?
La obesidad se define, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, como la acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud y que se mide comúnmente a través del Índice de Masa Corporal (IMC) en niños, adolescentes, adultos y adultos mayores.
Hay que tener en claro que la obesidad no es una enfermedad exclusiva de los adultos, sino que también está presente en niños y adolescentes, como lo detalla la Federación Mundial de Obesidad, que explica que los casos de sobrepeso y obesidad crecerán rápidamente duplicando la cantidad actual de niños afectados y esto se ve reflejado en el Perú que, en promedio, 1 de cada 10 niños sufre de sobrepeso u obesidad.
Prácticas saludables
Ante estas cifras que encienden las alarmas sobre la obesidad infantil, es importante que se adopten medidas para prevenir o tratar esta enfermedad desde la niñez, como las siguientes:
Lactancia materna prolongada
La Organización Mundial de la Salud plantea como una práctica preventiva de la obesidad infantil la lactancia materna prolongada, considerando que los niños que reciben este tipo de alimentación tienen menor riesgo de padecer obesidad o sobrepeso. Por esto, incentivamos a que las madres busquen consejería para que tengan una lactancia materna exitosa y así cuidar la salud de sus hijos.
Consumo de frutas y verduras
Otra práctica que contribuirá en la reducción de la obesidad es el consumo de frutas y verduras desde que el niño inicia su alimentación. En algunas ocasiones, los pequeños tienden a rechazar este tipo de alimentos y los padres no se los vuelven a ofrecer cometiendo un error porque suelen resistirse a nuevos sabores.
En estos casos, la recomendación es que las frutas y verduras sean presentadas a los niños en más de una oportunidad durante sus primeras comidas de forma divertida y con mucho color.
También hay que tener en cuenta que, ante el calor que se tiene en la capital, se recomienda el consumo de frutas frías como sandía, piña, tunas, uvas para calmar la sensación de calor.
Bebidas naturales
Se recomienda el consumo de jugos de frutas naturales sin añadir azúcar o con una baja cantidad. En nuestro país tenemos una gran variedad de bebidas naturales como la chicha morada, el agua de piña, el refresco de maracuyá o carambola, entre otras que son muy refrescantes.
Actividad física
La recomendación es que se realice, como mínimo 30 minutos diarios de actividad física, que puede incluir jugar con la pelota y a las escondidas, saltar soga, bailar, caminar, trotar, salir a pasear a la mascota, entre otras actividades que impliquen movernos constantemente.
Es importante que se tomen en cuenta estas recomendaciones prácticas desde la niñez para prevenir o tratar la obesidad y el sobrepeso, ya que esta enfermedad podría ocasionar enfermedades como la diabetes, la hipertensión, problemas cardiovasculares e incluso se relaciona con el cáncer. Por ello recalcamos que no se trata de “unos kilitos de más” sino que es nuestra vida la que está en riesgo.