Este año 2023 celebramos el Día Mundial de la Alimentación en un contexto que nos plantea grandes retos. El Perú, pese a su gran diversidad alimentaria, tiene la mayor prevalencia de inseguridad alimentaria. Según el IEP, cinco de cada 10 encuestados se privó de consumir alimentos alguna vez en los últimos tres meses.
Asimismo, el consumo de alimentos saludables en cantidad suficiente no es óptima y como resultado hay un bajo cumplimiento de las recomendaciones de una dieta saludable y esto condiciona a un mal estado de salud y nutrición. En el país, 4 de cada 10 niños de 6 a 35 meses de edad a nivel nacional tiene anemia, mientras que 7 de cada 10 adultos tienen exceso de peso (sobrepeso y obesidad).
Abordar la inseguridad alimentaria requiere de acciones multisectoriales e integradas que respondan al análisis de sus causas. Con base en nuestros últimos estudios sobre interrelación de calidad, costo e impacto ambiental de la dieta, queremos enfatizar el aspecto ambiental de la problemática.
Brevemente, la producción de alimentos es responsable del elevado consumo de agua (70%), emisión de gases de efecto invernadero (29%), y pérdida de biodiversidad (60%). La adopción de patrones modernos de consumo de alimentos de baja calidad nutricional se ha asociado al incremento de problemas de malnutrición y enfermedades crónicas no trasmisibles, así como el aumento en la presión sobre los recursos naturales.
Por lo dicho antes, desde el área de la salud y nutrición es necesario promover el consumo de dietas no sólo saludables sino también sostenibles, cuya producción optimice el uso de los recursos naturales y de esta forma no se amenace el abastecimiento de alimentos para satisfacer las necesidades alimentarias actuales y futuras.
Esto requiere un cambio de paradigma en los profesionales de la salud, en el que se reconozca la relación intrínseca que hay entre la producción, la agricultura y la nutrición de las personas.
Estrategias y recomendaciones
En este contexto proponemos algunas estrategias y recomendaciones. En el artículo “From “good for people” to “good for people and planet” (2022) presentamos la metodología para replantear las guías alimentarias con objetivos no sólo de salud, sino considerando los limites ambientales y lo aplicamos al caso de Suecia.
Estas nuevas guías podrán ser usadas como documento de educación alimentaria y de planificación (por ejemplo, para el diseño de canastas alimentarias, cálculo del costo de una dieta sostenible, etc.).
Otra de nuestras publicaciones enfatiza la importancia de focalizar las intervenciones para optimizar el uso de los recursos y hacer el análisis de los determinantes de la alimentación considerando las disparidades en nutrición. También es importante analizar las formas de producción y consumo de alimentos locales o tradicionales que en estudios previos mostraron ser más sostenibles que los patrones de consumo actuales.
Asimismo, se abren nuevas líneas de investigación como el estudio del impacto de los suelos en la composición de los alimentos, así como la búsqueda de opciones de alimentos y dietas saludables con menor impacto ambiental. Sin duda el cambio de paradigma abre nuevas oportunidades, pero también retos en el campo de la alimentación y nutrición.
Desde el Grupo de Investigación de Nutrición Poblacional y Seguridad Alimentaria Nutricional conmemoramos el Día Mundial de la Alimentación e iniciaremos la discusión de este cambio de paradigma en un webinar sobre dietas y sistemas alimentario-sostenibles que se realizará el 17 de octubre del presente año.