Es necesario transformar el sistema alimentario para minimizar el impacto ambiental, promover el bienestar social y garantizar una nutrición adecuada.

En un contexto donde el cambio climático, el agotamiento de los recursos naturales y las enfermedades crónicas van en aumento, la alimentación sostenible surge como una respuesta urgente y necesaria. Este enfoque busca transformar la forma en que producimos, distribuimos y consumimos alimentos para minimizar el impacto ambiental, promover el bienestar social y garantizar una nutrición adecuada tanto en el presente como para las generaciones futuras.

Los cuatro pilares de una alimentación sostenible 

Una dieta verdaderamente sostenible se basa en principios interconectados que abarcan lo ambiental, social, económico y nutricional. 

1. Responsabilidad ambiental 

Una alimentación sostenible implica una gestión responsable de los recursos naturales como el agua, la tierra y la energía. Para ello, se deben emplear prácticas agrícolas ecológicas o regenerativas, reducir la huella de carbono, minimizar el uso de agroquímicos y disminuir la generación de residuos. 

2. Justicia social 

Este enfoque promueve condiciones de vida dignas para los trabajadores del sistema alimentario, así como el respeto por las culturas locales. También impulsa el acceso equitativo a alimentos saludables, garantizando que todas las personas, sin distinción, puedan cubrir sus necesidades nutricionales. 

3. Viabilidad económica 

Una alimentación sostenible debe ser también económicamente justa. Esto implica apoyar a pequeños productores y mercados locales, reducir la dependencia de insumos costosos o contaminantes y fomentar modelos económicos circulares y resilientes que fortalezcan la producción nacional. 

4. Salud y nutrición equilibrada 

Fomentar el consumo de alimentos frescos, variados y de alta calidad nutricional es esencial. Se recomienda reducir la ingesta de ultraprocesados, azúcares refinados y carnes rojas (máximo una vez por semana), priorizando el consumo de alimentos naturales e hidratación con agua. Estas prácticas promueven una mejor calidad de vida y previenen enfermedades crónicas. 

Hacia un modelo alimentario más sostenible 

El modelo de producción y consumo alimentario actual es insostenible. El sector agroalimentario representa entre el 21 % y el 37 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, según estudios recientes. Este impacto evidencia la necesidad urgente de modificar tanto los modelos productivos como los hábitos de consumo.

Adoptar prácticas como el consumo de productos locales y de temporada, la reducción del desperdicio alimentario y la elección de productos con certificaciones sostenibles son pasos clave hacia una transformación real.

Para enfrentar los desafíos de una población creciente, más urbana y con mayores demandas alimentarias, se requiere repensar por completo los sistemas alimentarios. La meta es lograr mayor eficiencia, equidad y sostenibilidad en toda la cadena, promoviendo dietas saludables alineadas con el cuidado del planeta. 

USIL, promoviendo iniciativas de cambio 

Desde la investigación y la educación, USIL promueve el conocimiento y la adopción de prácticas alimentarias sostenibles, orientadas al bienestar integral de la sociedad y la preservación de los recursos naturales. Conoce más sobre la propuesta educativa de nuestra carrera de Nutrición y Dietética

 

Fuente

Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN). Recomendaciones dietéticas saludables y sostenibles complementadas con recomendaciones de actividad física para la población española. Come sano, muévete y cuida tu planeta. AESAN;2022. Disponible en: https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/docs/documentos/nutricion/RECOMENDACIONES_DIETETICAS.pdf