En un contexto de cambio constante, la aparición de nuevas tecnologías y necesidades impactan directamente al campo académico y en la manera de formar a los futuros profesionales. Es claro que un programa de estudios funciona como una estructura que se adapta y evoluciona, siendo flexible a la inclusión de nuevos componentes que enriquezcan la experiencia del estudiante. El objetivo es crear espacios para el desarrollo de habilidades y la transferencia de conocimientos necesarios para plantear soluciones creativas en respuesta a las demandas del mercado.
En tal escenario, los consejos consultivos, grupo de destacados profesionales y expertos en un campo específico, se configuran como factores clave para las universidades e institutos. Estos grupos son definidos como “órganos destinados al asesoramiento de las distintas facultades, carreras y programas, cuyo fin es coadyuvar al óptimo desarrollo cultural, académico y pedagógico, de acuerdo con los estándares de calidad educativa exigidos a nivel nacional e internacional”1. En otras palabras, este equipo integrado por personajes con una reconocida trayectoria académica, profesional o empresarial, revisan de manera objetiva los planes de estudio, contenidos de cursos, bibliografía y aspectos relacionados a la naturaleza de las carreras. Las recomendaciones que se desprenden de sus reuniones anuales brindan lineamientos específicos en beneficio de los estudiantes y prospectos.
Los procesos de acreditación, por ejemplo, exigen la conformación de consejos consultivos, garantizando así la congruencia de los programas y la pluralidad de perspectivas en torno a las decisiones que tomarán en el ámbito académico. Sin duda, estos equipos de trabajo garantizan el mantenimiento de estándares de calidad educativa y son de especial relevancia para los programas de educación superior. Por otro lado, una práctica resaltante es el nombramiento de consejeros a nivel institucional, funcionando como guías en torno a las decisiones vinculadas a la visión, misión y pilares de las casas de estudio.
1 Fuente: Directiva USIL